Las concepciones subyacentes en las que se apoyó implícitamente la escuela, tienen que ver con dificultades específicas: Cómo se entiende el aprendizaje, y cómo se define al alumno; cómo se entiende la enseñanza y cómo se define al maestro y su rol; y entender es la concepción epistemológica que define los contenidos a transmitir. Las complicaciones actuales sobre la educación coinciden en el diagnóstico, pero no en las soluciones. El indudable acuerdo en concebir a la educación como un proceso centrado en el aprendizaje de quien aprende, en lugar de un proceso de transmisión del conocimiento, encuentra hoy frente a un cuello de botella que no se acierta a coincidir sobre el problema de las reformas para lograrlo.
Por su naturaleza y la forma en que se adquieren complicaciones, las competencias se clasifican habitualmente en académicas, laborales y profesionales. En lo que concierne a las competencias académicas, estas son las que promueven el desarrollo de las capacidades humanas de resolver problemas, valorar riesgos, tomar decisiones, trabajar en equipo, asumir el liderazgo, relacionarse con los demás, comunicarse (escuchar, hablar, leer y escribir), utilizar una computadora, entender otras culturas y, aunque suene reiterativo aprender a aprender. Competencias insoslayables en el mismo sentido son aprender a emprender para lograr, de acuerdo con cada tipo de educación, aprender a estudiar y aprender a investigar.